Una caja enterrada en alguna parte del planeta, un llamamiento en internet, las coordenadas, un GPS y muchas ganas. Son los elementos clave para hacer 'Geocaching', una versión tecnificada del tradicional juego de la caza del tesoro.
La idea
nació en Estados Unidos en mayo del 2000. Se originó en un foro de internet dedicado a los sistemas GPS, entonces bastante minoritarios fuera del ámbito militar. Hoy sin embargo los sistemas de geolocalización son de uso común y están cada vez más presentes en los dispositivos de telefonía móvil. Quizás por ello el número de jugadores va en aumento. La
página oficial de Geocaching habla ya de
1,4 millones de 'tesoros' enterrados por todo el mundo. Cajas y tupperwares sin demasiado valor, más allá de algún pequeño objeto o nota, pero que no siempre es fácil descubrir a pesar de conocer las coordenadas. Ahí reside parte del encanto del juego. Porque
el objetivo es encontrarlos pero nunca hacerlos desaparecer, ya que las coordenadas permanecen publicadas en internet de forma indefinida para que cualquiera pueda lanzarse a buscarlos.
Además de encontrar el tesoro la meta es
disfrutar de la aventura, conocer nuevos lugares y, en muchos casos, contribuir a mejorarlos. Esa ha sido desde el principio la filosofía de sus creadores, de ahí que en muchos casos la búsqueda del tesoro vaya asociada a otras actividades paralelas dedicadas al medio ambiente, como la recogida de basuras.
Pero el 'geocaching' no sólo se practica en el campo. Madrid, Barcelona, Ciudad Real...Si estás pensando en salir a 'cazar' echa un vistazo a la web de
Geocaching Spain y anota, como curiosidad, el aumento de visitas que ha conseguido el parque forestal de Beade (Vigo) desde que el Vicerector de relaciones internacionales del campus, y aficionado al 'Geocaching' decidió incluirlo en el mapa del juego. Como recoge el
diario Atlántico cada vez son más los que compaginan la búsqueda del tesoro con las vistas a la ría y los senderos de la zona.
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